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La burbuja de la construcción de infraestructuras y el debate sobre los peajes en las autovías
Los tiempos que vivimos, y los excesos cometidos en la última década, están dando lugar a una serie de cambios de regulación y la consiguiente reordenación de los servicios públicos. Las tarifas suben e incluso se está procediendo al pago de muchos servicios que hasta la fecha pensábamos que eran gratuitos o debían de serlo. Se ha hablado y escrito mucho sobre la burbuja de la construcción de viviendas, pero poco de la burbuja de la construcción de infraestructuras.
Hace un año, desde el Ministerio de Fomento se viene barajando el pago por uso en las autovías españolas con el fin de poder mantenerlas después de haber hecho la inversión. El ultimo ministro socialista del ramo, Jose Blanco, daba por hecho que no habría otra solución que proceder al cobro por uso ya que no había posibilidad de mantener las carreteras “tirando del Presupuesto” y había que acabar con el “gratis total”.
Por otro lado, de unos meses para acá se cuestiona el mal estado de conservación de las carreteras, como consecuencia de la falta de dinero para su conservación, y salen en los medios frecuentemente noticias alrededor de este asunto:
– la patronal pide el cobro por uso de las autovías,
– la Asociación de la carretera no ve mal el pago por uso de carreteras,
– Aseta pidió recientemente implantar 8.000 kilómetros de peajes, etc.
Y es que la construcción de infraestructuras en España (carreteras, aeropuertos, trenes de alta velocidad) ha sido tan desmedida como la de pisos. Podemos decir que hay saturación de infraestructuras y que muchas son infrautilizadas y que al igual que pasa con los aeropuertos e incluso y las líneas de alta velocidad pasa con muchas autovías (aparentemente gratuitas).
El exceso de infraestructuras y su conservación.
En España tenemos más de 18.000kms de vías de alta capacidad, entre autovías y autopistas de peaje. Éstas últimas suponen más de 3.300kms en los que el usuario paga por transitar por ellas.
De los aproximadamente 15.000kms de autovía -libres de peaje directo- que hay en España un tercio, casi 5.000kms, se han construido en los últimos 10 años (parte de la otra burbuja de la construcción). Y claro, ahora hay que mantenerlos en buen estado, para lo que hace falta dinero.
Muchos miles de estos kilómetros (dedicaremos otro post a detallarlo) se mantienen a través de una fórmula denominada el “peaje en la sombra”. Lo que significa que, si bien no hay un peaje explícito en el que el ciudadano paga directamente, es el Estado el que paga esos peajes. O sea se paga con los impuestos de todos. Los que usan la carretera y los que no.
Los impuestos que ya pagamos y la discriminación por territorios.
Sabido es que en España pagamos muchos impuestos alrededor de los vehículos: en la compra, en el carburante, incluso hay un impuesto municipal que se llama de “circulación”. Pero la realidad es que estos impuestos se pagan igualmente en los países de nuestro entorno y por supuesto en todos los territorios españoles en las que se paga por el uso de las carreteras.
Es evidente que todos debemos ser iguales en derechos y obligaciones, sin embargo esta igualdad no es real ya que mientras unos tienen el 100% de su red libre de peajes otros tienen el 100% de pago, lo que provoca situaciones injustas y de agravio.
Se da en especial medida en los territorios de Guipúzcoa, Vizcaya, Álava, La Rioja, Galicia, Cataluña, Murcia, Comunidad Valenciana y, en menor medida en Navarra, Aragón, Málaga, en Sevilla para ir a Cádiz y algún territorio más. En el primer grupo hay varios millones de españoles cuya alternativa para no pagar es mejor no contemplarla por su alto nivel de siniestralidad ó simplemente no existe.
Los países de nuestro entorno.
El impacto económico que traerá poner peaje explícito en las autovías es objeto de estudios profundos y entendemos que no debemos entrar en ello en este simple post.
Sin embargo, creemos oportuno recordar que los países de nuestro entorno tienen la mayoría de sus vías de alta capacidad (autopistas o autovías) con pago explícito y, si viajamos a ellos nos tocará pagar. Mientras en España se viaja con un 82% de la red gratuita, son de pago: en Portugal el 100%, en Francia el 85%, en Italia el 85%, en Suiza y Austria el 100% y así un largo etcétera.
Parece lógico que, antes de cuestionarnos otros servicios básicos, se repercuta el coste de mantenimiento de las carreteras en el que las desgata con el uso. De la misma manera que pagamos tasas cada vez que usamos cualquiera de los aeropuertos o billetes de tren cuando viajamos por la Red Nacional de Ferrocarriles. Éstas son infraestructuras del Estado, como las carreteras. La situación es muy parecida.
Entonces....
¿Por qué se supone que el que usa la infraestructura viaria no debe pagar su mantenimiento?
Bien es cierto que en el modelo se tendrán que articular mecanismos de desgravación para profesionales, por uso habitual o incluso abonos o la gratuidad por la noche, pero eso sí que merece otro post.
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